domingo, 10 de mayo de 2015

Mamás sin miedo

"¡Pues serás el Director de donde quieras, pero yo soy tu madre y esta casa la respetas!" así le gritó su santa madrecita al flamante y recién estrenado Director de la Policía Municipal por allá de principios de la década de los 70 cuando se atrevió a llegar de parranda a seguirla en su domicilio con músicos, patrullas, asistentes y guaruras incluidos. Un jalón de pelo de por medio, una bofetada medio esquivada y hasta ahí le llegó la autoridad al mismísimo director quien se salvó de más daños gracias a su hermano mayor quien apareció para interceder por él. Digamos que la mamá del muchacho de Baltimore fue nada comparado con lo que sufrió este joven y parrandero abogado.
Y es que hay a quienes eso de la abnegación materna nomás no les va. A como Dios les dio a entender, supieron armarse de valor y formar adultos de bien, sin excusas, sin pretextos y sin buscar consejo ni explicaciones en ningún lado. Finalmente, había poco de dónde obtenerlos. Fue ese instinto, ese don, ese sexto sentido el que las guió en cada paso. Seguramente, dirían que también fue la Vírgen se encomendaban.
Vengo de estirpes de madres fuertes más que abnegadas, a quienes no les tembló la mano al asumir su papel y saberse guías, ejemplo y autoridad. Reconozco hoy su labor y más, cada que yo me topo con dudas sobre cómo manejar ciertas situaciones (o sea, bastante seguido), pues yo pregunto, leo, googleo, comparto, escucho y finalmente trato de acertar a veces con más expectativas que certezas, pero siempre con la convicción de que el amor guíe mi muy particular estilo de maternidad.
No tengo como referente a ninguna "Rosa fresca de abril" y mucho menos a algún "fiel querubín". Poco me identifico con la mayoría de los clichés de madre, aunque hay muchos inevitables que han pasado de generación en generación porque a final de cuentas, son prácticos y casi casi dogmáticos.
La mía, jamás lloró en un festival en su honor, es más, su mayor diversión ese día, era reírse de quienes se secaban la tierna lágrima en la mejilla que, como dicta el protocolo, rodaba con cada canción y poema de toda buena madre que se preciara de dar todo por sus hijos.
Ella siempre tuvo, y  ha tenido,

martes, 24 de marzo de 2015

Los 40 y sus serendipias

Se supone que en muchos casos es al revés. Siempre me han advertido que llegas a cierta edad y entonces sí, sientes que los años te pesan. La verdad, sigo esperando ese cumpleaños en que diga "ahíjole, ahora sí como que di el viejazo", no es precisamente que me sienta una jovencita que se puede comer al mundo. Ya pasé por ahí, ya le dí un buen bocado y ahora no quiero comérmelo todo, sino solamente, lo que más me gusta de él. La edad me ha traído muchas cosas, pero una de las que más puedo presumir es seguridad personal, no un YOLO insolente y atrevido que no mide consecuencias, al contrario, las mido, las veo, las analizo y entonces sí, me decido. He llegado a la conclusión que en todos los riesgos que decido enfrentar, lo peor que puede pasar, es que no tome la decisión y quedarme con la duda del "si hubiera".
Hace ya tiempo que le venía dando vueltas en la cabeza. No sé exactamente si era desidia, eran pretextos, era miedo o no era aún el momento adecuado de mi vida para decidirme a arrancar. Quizá eran todas las anteriores. Lo cierto es que, como dice mi querida Ally, por fin los astros se conjuntaron y empezaron a suceder, como por arte de magia, eventos y hechos que dieron cauce a lo que yo traía tan desencauzado y ¡pum! heme aquí como una nueva empresaria, o más bien, emprendedora como dirán los líderes en innovación mercadológica.
Teniendo esto en consideración, a sabiendas de que los 40 estaban cerca, no sé exactamente cómo la vida me fue presentando una serie de serendipias: un buen día me encontraba yo platicándole a una de esas queridas almas con que uno se topa sobre un sueño que tenía por ahí guardado en el cajón de los "ALGÚN DÍA..." y esa alma querida me aventó, me explicó cómo llenar un modelo CANVAS de negocios, al ratito, ya me había inscrito en un curso de incubación de empresas, preparando Pitch de presentación, listas de clientes potenciales y demás cosas que en mi vida me hubiera imaginado.
Siguiendo con las serendipias, otra alma de esas hoy muy queridas, tanto que ya es mi Ally, un buen día tuvo la ocurrencia de publicar en su Facebook que ofrecería un "Check Up experiencial de marca y expresión humanas", en el que revisaríamos marca y promoción personal, emoción y corporalidad. Puras mujeres, pura energía, pura comunicación interna y externa deliciosas. Una gran forma de encontrarle cauce a todo lo que me hacía ruido y me movía la víscera, así que me decidí casi sin pensarlo, le dije que quería estar ahí y cuando menos pensé ya estaba yo no sólo participando (cosa que disfruté enormemente) sino también como ponente para presentar mi experiencia de vida... uffff... todo un reto interno y externo. Ahí tienen a la miss, la que da unas 3 horas de clase al día en promedio, nerviosita por tener que exponer parte de su vida a un grupo de semidesconocidas... gran y grata experiencia.
Ya ven que es muy de mujeres esto de comunicar, la verdad, en mi caso particular, no concibo la vida de otra manera, nací para gozar la vida en comunidad y compartir experiencias, soy toda boca pero también toda oídos cuando se requiere. Precisamente haciendo uso de estas herramientas tan femeninas y tan mías, salió el tema de mi proyecto (fíjense cómo ya aquello había pasado de "sueño" a "proyecto" en muy poco tiempo). A los pocos días después del taller, estaba sentada en una mesa con unas cuantas conocidas platicando sobre lo que por tantos años le había dado vueltas y no me decidía ni siquiera nombrar.
Juntas, cafés, risas, chismes al margen, sugerencias de nombres y logotipos, slogans, listas y listas de propuestas de servicios, redacción de misión, esencia de la marca y más cosas de por medio durante unos meses... hoy, puedo (podemos) compartirles un gran proyecto en el que participamos 6 mujeres con experiencias muy distintas pero con una cosa en común, muchas ganas de ofrecer toda esa experiencia que hemos adquirido en distintos ámbitos a nuestra comunidad y a quienes decidan llegar a radicar en ella.
Hoy presentamos una oferta de servicios, asesoría y consultoría en Relocation e Integración intercultural para l@s extranjer@s que lleguen a radicar a San Luis Potosí y alrededores. Con una amplia gama de servicios, enfocados principalmente a la atención personal y la solución de la necesidades del día a día que pudieran presentar, para potenciar y enriquecer la experiencia intercultural y comunicar lo mejor de nosotros mismos. Sobre esta base concebimos UBICARE.

No imagino una vida sin proyectos ni metas personales, pero llevar a cabo una que combine mi experiencia, mi esencia, mis fortalezas y que además me permita establecer nuevas relaciones en las que aprenda de otras culturas y aporte lo mejor de la nuestra a los demás, es incluso superior a lo que hubiera imaginado.
Aún tenemos en pañales este nuevo proyecto, pero ya lo echamos a volar, tenemos nuestra energía y buena voluntad puestas en él. A partir de ahora, es cuestión de enfocarse, disfrutarlo y hacer lo que mejor sabemos hacer.