domingo, 30 de enero de 2011

Dos historias, una red


A punto de ¨celebrar¨ mi segundo tuittcumple que casualmente se empalma con mi cumpleaños 36, como en una especie de flashbacks de 140 caracteres aparecen muchas de las tuittaventuras vividas: las respuestas obtenidas, algunos “follows” que me sorprendieron, los grandes y memorables chistes ahí leídos por primera vez que después he visto como se vuelven del dominio público; los temas sociales y políticos que pasan de lo real a lo virtual y viceversa; los temas trascendentes, como los movimientos ciudadanos que ahí toman una fuerza increíble y los intrascendentes que no pasan de lo momentáneo. Todo lo que ahí sucede demuestran que twitter, no es más que un reflejo de la vida diaria, un vecindario (como lo llamamos algunos) donde a final de cuentas cada tuit refleja la esencia  de su titular.


En ese vecindario, además de lo que ya comento, he visto surgir romances, movimientos sociales importantes, reflexiones serias y sesudas  y amistades sinceras, profundas y entrañables, que sin la estructura que sólo una red tan libre como ésta, el destino y algunas coincidencias sería imposible que surgieran. En este sentido, me siento muy afortunada al poder contarme entre quienes han podido hacer esta clase de amistades, gracias a algunos tuits, puedo contar ahora entre mis amigos a varias personas que sinceramente valoro y aprecio mucho.
 En este recuento, me detengo en 2 momentos particulares, ambos sucedieron en enero de 2010 y ahora, a un año de distancia, compruebo que fueron los detonantes que me demostraron, muy particularmente, la importancia y lo valioso que sería twitter para mí.
El primero nace después de una conversación con @taniavalladares (en aquel entonces @malacalania) sobre la importancia de la lectura entre los niños y así surge #librosparareyes comenzando con una lluvia de tuits en los que se recomendaban libros infantiles, sugerencias personales, recuerdos valiosos, frases de autores y cuentos célebres, etcétera.
En 2011 la campaña, afortunadamente salió de nuestras líneas de tiempo (TL) y se convirtió en TT (trendingtopic para los no tuiteros) los días previos a la Epifanía, gocé mucho viendo cómo pasó a formar parte de twitter y no sólo de mis seguidores, se hablaba en serio del tema, se recomendaban muchos libros, no sólo infantiles, se tuiteaba sobre la importancia de fomentar la lectura entre los niños, la manera en que ésta podría volverlos mejores adultos, más analíticos, más abiertos, más críticos. Las recomendaciones, sugerencias y los recuerdos de muchos tuiteros fluían de maravilla. En fin, existen 2 links que me gustaría compartirles en donde consta hasta dónde llegó #librosparareyes: el primero es la colaboración de Bety Esparza, Desde un rincón de la biblioteca,  en el programa de Radio Trece de Deyanira Morán en la que habló del tema y recomendó algunos libros, http://www.radiotrece.com.mx/blog.php?pageNum_Rs=1&totalRows_Rs=14&sec=21&subsec=98 cosa que agradezco profundamente, al igual que el resto de las colaboraciones, retuits, recomendaciones y nuevos seguidores/amigos surgidos a raíz de este movimiento.

El otro link, es un post en el blog de @ixchela98 que tiene una lista completísima con sugerencias personales http://lummiepharm.blogspot.com/2011/01/libros-para-reyes.html que me encantó y que sería importante que los padres de familia o cualquiera que esté en contacto con menores tenga a mano.

Pero la mejor parte de esta experiencia fue recibir tantos tuits y comentarios sobre los libros que los reyes habían dejado en muchos zapatos, eso me hizo ver que la posibilidad de mover temas así en una red valía mucho la pena.

La segunda tuithistoria es un poco extraña, pero es un buen ejemplo de los insospechados alcances del pajarillo (sin albur). Sucedió a raíz del terremoto en Haití; conozco al futbolista haitiano Sony Norde, quien en esas fechas vivía en San Luis Potosí . El terremoto había derrumbado la casa de su familia en Puerto Príncipe pero no tenía manera de comunicarse con ellos y las posibilidades de viajar eran complicadas. Decidí comenzar a preguntar directamente a algunos periodistas y tuiteros expertos (me gusta llamar así a quienes ya dominan la red) sobre la manera en que podríamos averiguar el paradero de la familia de Sony mientras él conseguía viajar a Haití. La respuesta fue sorprendente, en poco tiempo reporteros nacionales llamaban a mi casa o directamente con Sony para pedir más información y ver de qué manera se le podía ayudar. Obtuve respuesta de personajes que jamás imaginé. La nota se transmitía en medios nacionales y extranjeros. Estuve en contacto con los reporteros haitianos quienes me dieron algunos nortes sobre lo que podríamos hacer. Después de toda una odisea, Sony logró llegar a Puerto Príncipe y encontró a sus familiares a salvo en casa de una tía.

Después de algunos días, la situación fue otra. Teníamos que localizar al mismo Sony en Haití para informarle que el gobierno mexicano le había otorgado la visa humanitaria a sus familiares para que pudieran venir con él a nuestro país, pero dadas las fallas en los sistemas de comunicación en la isla, no había manera de localizarlo. Procedí de la misma manera, tuits a reporteros y noticieros para que a través de sus corresponsales en Puerto Príncipe le llegara la información a Sony, y fue así, como en una especie de teléfono descompuesto, que Sony de pronto se comunicó a México y se enteró de la buena nueva, acudió a la embajada mexicana en Puerto Príncipe y logró no sólo regresar a nuestro país, sino traer a sus hermanos poco tiempo después en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana. El resto, es historia del dominio público.

A mí, de todo esto, no sólo me quedó la satisfacción de haber hecho la conexión que detonó la lluvia de información, sino que fue una más de las coincidencias que me trajo grandes amistades tuiteras de las que aún gozo.

Seguro la red me tiene guardadas muchas otras valiosas historias y buenos momentos que algún día contaré.